lunes, 23 de agosto de 2010

[ LITERATURA ] LA VIRGEN PUTA

LA VIRGEN PUTA

FICHA TÉCNICA

Autores: Patxi Irurzun / J. Kalvellido.
De 182 páginas, formato 20,5 x 20,5 cm.


Felisín es un viejo punk, y no busca bronca, la encuentra, es inevitable cuando los problemas están ahí, la desigualdad social, el abuso de poder,
la corrupción, el paro, la tortura, pero también la soledad, el amor,
la muerte, los temas universales de la literatura que ésta se ha obstinado tantas veces en tratar con una aburrida gravedad y que en esta novela
se abordan con la naturalidad, la ironía y el entretenimiento de nuevas referencias culturales, como son el comic o el punk-rock…






ALGUNOS FRAGMENTOS DEL LIBRO:

"...Pensé en ello cuando vi aquellas dos moscas follando sobre la barra del bar: tenía treinta años y estaba solo y aburrido. Todo había ido a la vez tan deprisa y tan despacio... A los quince ya no creía en nada. Por eso me hice punk. Desde entonces había estado borracho. Un mal rollo cuando tienes que caminar sobre el filo de la navaja. La mayoría de mis colegas, por ejemplo, habían perdido el equilibrio y se habían descuartizado: las drogas, la priva, el suicidio... Una vida salvaje. Mentira. Aburrida, mediocre. Una vida como cualquier otra. A estas alturas de la historia todos caminamos por el filo de la navaja. Mirar para adelante tampoco me ayudaba. Tenía treinta años y además de estar solo y aburrido llevaba el pelo teñido de color azul ¿Qué podía esperar yo de la vida? ..."






"...Mucho me temía que me iba a resultar difícil dormir, así que cogí la botella y me senté junto a la cadena. Me gustaba aquella canción: "Solidarity". A veces un punk también tenía derecho a ponerse tierno..."






"...A mí la muerte no me asustaba. Por lo menos para eso era un buen punk. Había aprendido a convivir con ella desde pequeño, cuando descubrí que si me reía con mucho entusiasmo sentía un dolor terrible en la parte inferior del cráneo, como si me aplicaran garrote vil. Más tarde, cuando vi palmarla a uno de mis mejores amigos le perdí por completo el respeto"







"...En el bar apenas cabía un alfiler y cada vez que entraba alguien una marea humana avanzaba y retrocedía como una ola. Yo detestaba las multitudes. Uno tenía que encontrarse feliz o triste obligatoriamente. A la vez, sin embargo, me gustaba aquel olor a sudor, a cerveza derramada, a "Ducados" y marihuana. Me recordaba los viejos tiempos, la adolescencia, cuando la soledad era una cuchilla de afeitar sobre la repisa del lavabo y uno necesitaba contacto, calor humano, pero también tenía que hacerse el duro, así que lo único que quedaban eran los empujones en los conciertos, las peleas...

Las contradicciones me mantenían vivo y además la cuchilla de afeitar continuaba sobre la repisa y porque uno se olvidara de ella de vez en cuando o hubiese aprendido a acostumbrarse a su presencia no significaba que dejara de estar afilada..."

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